El pasado mes de Febrero, los investigadores del equipo Cuid-Emos (del Departamento de Psicología de la Universidad Rey Juan Carlos) pusieron de manifiesto que existen evidencias empíricas que respaldan la Terapia Cognitivo Conductual (TCC) como más eficaz que otros procedimientos habitualmente empleados para el tratamiento de los problemas de ansiedad o depresión en las personas mayores. Según los investigadores, la TCC también es más eficaz que otras terapias como la terapia farmacológica o las intervenciones de apoyo en casos de insomnio o deterioro cognitivo.
A pesar de estos resultados, los investigadores resaltan que existen dos obstáculos que impiden que exista un reconocimiento y un acceso al tratamiento psicológico en personas mayores. Un primer obstáculo es la falta de detección del problema, debido a ciertos estereotipos que llevan a pensar que ciertas manifestaciones de patologías son “normales” en la vejez. De hecho, en el caso de la depresión, existen personas que padecen este problema que no son detectadas en atención primaria, por lo que no reciben tratamiento.
Por otro lado, en caso en que sí se detectan los problemas, la derivación a psicoterapia poco habitual sobre todo en nuestro país, donde la presencia de psicólogos en la sanidad pública es extremadamente escasa y limitada, al igual que es escaso también el número de psicólogos formados en atención gerontológica.
Hasta el momento la TCC se utiliza con personas de diferentes grupos de edad, pero los investigadores inciden en que deberían realizarse adaptaciones en la intervención dirigida a los cambios asociados al envejecimiento. En ese sentido, una de las autoras de la investigación apunta que, "sería recomendable intensificar las nuevas terapias de aceptación y compromiso, porque presentan un enorme potencial para el tratamiento de problemas psicológicos en personas mayores, aunque necesitan mayor respaldo en forma de estudios que otorguen a estas terapias la consideración de empíricamente validadas".
Fuente: infocop