Inquietudes intelectuales, hábitos saludables y una rica actividad social, ingredientes para retrasar el envejecimiento cerebral.

 

Un grupo de investigadores de la Universidad de Umeå y el Instituto Karolinska en Suecia y el centro Max Planck de Alemania ha desvelado que para prevenir el deterioro del cerebro y mantenerlo en forma, cuenta más lo que se hace a edad avanzada que lo realizado a lo largo de los años anteriores. Los resultados de esta investigación han aparecido en la revista científica «Trends in Cognitive Sciences.


«Aunque algunas funciones de la memoria tienden a declinar cuando envejecemos, hay gente mayor que muestra un funcionamiento bien preservado, comparable al de un cerebro más joven», dice Lars Nyberg, profesor de Neurociencia en la Universidad sueca y autor principal del estudio.

Los resultados descartan que la educación sea el factor que más cuenta para mantener el cerebro, ya que la probabilidad de experimentar pérdidas de memoria en la vejez era igual para aquellos participantes con doctorados que para los que abandonaron los estudios en el instituto.


El experimento Betula, uno de los análisis que componen esta investigación recogió datos a lo largo del tiempo, tanto cognitivos como no cognitivos, de aproximadamente 1.500 adultos participantes, que fueron clasificados según si su envejecimiento cerebral era «usual» o «exitoso». Los resultados revelan que sólo el 10% de los cerebros analizados entraban en la categoría de «exitoso».


«Hay una evidencia bastante sólida de que estar física y mentalmente activo es la mejor forma de mantenimiento del cerebro», dice Nyberg. El objetivo de este proyecto es estudiar, por medio de técnicas de neuroimagen, cómo las funciones de la memoria cambian a lo largo de la vida, para determinar factores de riesgo para la demencia y cómo ésta comienza a manifestarse.


Tampoco la elección de una u otra carrera laboral parece ser determinante. Aunque los investigadores coinciden en que una ocupación «compleja o exigente aporta una pequeña ventaja, estos beneficios se esfuman rápidamente tras la jubilación». Un hallazgo interesante es que las personas mayores que dieron mejores resultados compartían tres factores: una buena educación, una rica actividad social y que conservaban sus propios dientes.


Conservar los dientes, más que algo anecdótico, es analizado como síntoma de una vida más saludable y unos hábitos de higiene y alimentación más adecuados. De acuerdo con un estudio realizado a casi 500 ancianos en el Hospital Universitario Doctor Peset de Valencia, la población mayor de 65 años conservaba en 2005 una media de seis dientes más que diez años antes.


Para Nyberg y su equipo, la clave está en la actividad. Aquellos sujetos que gozaban de más estímulos sociales, mentales y físicos mostraron mejores resultados cognitivos: sus cerebros aparentaban menos años de los que realmente tenían.


Los científicos afirman que «en conjunto, esta amplia variedad de hallazgos evidencian lo heterogéneo que resulta el envejecimiento del cerebro. Algunos sujetos mayores muestran pocos o ningún cambio en relación a adultos más jóvenes, además de una actividad cognitiva intacta, lo que demuestra que la clave para preservar la memoria durante el envejecimiento está en mantener el cerebro joven, no tanto en responder a los cambios del cerebro o tratar de compensarlos». Estudiar el cerebro de las personas mayores utilizando aparatos de Resonancia Magnética Funcional o PET permite a estos científicos recabar información «en vivo» de procesos patológicos el Alzheimer.

 

Fuente: psiquiatria.com